LA COSTA BRAVA, KRIS KRISTOFFERSON Y JOHNNY WINTER

A pesar de la masificación y del turismo devorador siempre es un placer acercarse a la costa brava a pasar unos días. Y si es en compañía del amor de tu vida pues ni te cuento. Y si además se ve regado por Blanc Pescador bien frío, arroces caldosos de bogavante o espesos arroces negros (una perdición el arroz para mi como pueden ver) esos acantilados bordeando las calas se convierten en el paraje perfecto. Y si, por si fuera poco, se tiene la oportunidad de ver el concierto de un grande cerca del mar y bajo una luna llena de escándalo pues ya es el paraiso en la tierra. La actuación de Kris se resume en una palabra. Emocionante. Es, como decía mi padre, uno de aquellos que llena el escenario con su sola presencia. Piel de gallina al verlo aparecer agarrado a su guitarra y a su armónica. Nervios de niño al escuchar las primeras estrofas. El tiempo ha afectado a su voz pero lo lleva con una naturalidad de escándalo. Es consciente y no intenta esconderlo, lo suple con toneladas de saber estar, con derroche de carisma y personalidad y con un cancionero inmortal. No ha bajado la guardia, sigue escupiendo contra el sistema, y se mostró accesible y simpático. Como bien dijo, "No puedo hablar bien el español pero tampoco el inglés así que mejor cantar mis canciones". Y tanto que las cantó. No faltó casi ninguno de sus clásicos, «Me & Bobby McGee», «Jody and The Kid», «For The Good Times», «The Pilgrim», «Help Me Make It Through The Night», «Here Comes That Rainbow Again» de su aventura junto a Cash, Jennings y Nelson en HIGHWAYMEN o, para mí la mejor interpretación de la noche, «Sunday Mornin' Comin' Down», alternados con piezas más oscuras o con temazos de sus últimos dos discos, preciosa «Thank You For A Life». Hora y media que voló en un suspiro. Ojalá podamos repetir la experiencia. Como bien expresó, "Si he tardado 74 años en venir no tiene porque no haber otra ocasión". Así sea maestro. Y como guinda para finalizar tan estupendos días, aprovechando que seguimos sin enanos hasta el jueves, desembarcamos los bártulos en casa y nos fuimos para el BIKINI a ver al albino. Yo no las tenía todas conmigo, sus dos giras anteriores, Poble Espanyol y Espacio Moviestar, habían sido un desatre. Bajísimo de estado físico, con poca o ninguna energía y haciendo lo justo para cumplir. Pues bueno, felicitemos al médico que ha acertado con el tratamiento ya que estuvo muy bien. Mucho mejor de salud que en las anteriores y decepcionantes ocasiones, camina por su propio pié sin que tengan que llevarlo arrastras, bastante bien de voz y mejor en digitación, se cascó hora y media a un nivel muy digno. En el bis, MOJO BOOGIE, HIGHWAY 61, inclusó diría que la cosa estuvo de notable alto......Con la de bilis que solté sobre sus anteriores conciertos debo reconocer que se lo trabajó de lo lindo. That's All Folks!