FITO Y EL DEBUT

Ayer debutó mi hijo mayor, diez años, en el mundo de los conciertos. Había estado en las sesiones PIC NIC que suelen hacer los festivales de blues, viendo a bandas como Los Deltonos o Hoey & The Mussels en bolos al aire libre y en pruebas de sonido en el local de mi hermano, ROCK SOUND, pero la de ayer fue la primera vez en recinto cerrado y en horario nocturno. Fito le gusta, le propuse si quería ir a verlo y ante su respuesta afirmativa pues allí que nos plantamos. Ver los ojos como platos al mirar el escenario, observar a la multitud (unas 10.000 según me confirmaron fuentes de fiar), escuchar sus preguntas sobre guitarras o sobre otras cosas que sucedían en las tablas y comprobar como tarareaba por lo bajini, ya saben la verguenza congénita en esas edades, las canciones que más le gustaban me hizo feliz. Quizás no sea la primera vez soñada. Me hubiera gustado más llevarlo a ver a los Stones, o a Kiss, por citar dos grupos asequibles para esas edades y que aunan espectaculo y rock de manera que las dos horas de bolo no se hagan demasiado largas. Pero las cosas son como son. La verdad es que resistió como un campeón, a esas horas ya suele dormir, y se lo pasó estupendamente. ¿Y Fito? Pues, por diversas circunstancias era la tercera vez que lo veía. Y fue la mejor. Principalmente por estar allí con mi hijo y por ser la ocasión en que se ha mostrado más cañero con un Carlos Raya, uno de los mejores hachas que ha dado el rock nacional, a pleno rendimiento. Puede gustar lo que hace o no. Servidor está más en lo segundo que en lo primero. Pero lo que no se le puede reprochar es que ha asumido como pocos un éxito nada buscado, aquí no hay un productor y una estrategia discográfica detrás, y que le ha llegado sin que nadie lo esperara. Que sigue siendo un tipo accesible y simpático. Y que entre la bazofia que asola la radiofórmula él y su banda acercan algo de rock a una juventud totalmente alejada de el. Y cuelan solos de bottelneck, riffs de rockabilly, aires de acordeón fronterizo y notas de pedal steel a una orejas totalmente ajenas a ellos. Vamos, que mucho mejor que sea el pequeño vocalista de Bilbao el que triunfe a nivel masivo que otros de cuyo nombre no quiero ni acordarme. Y más cuando se viene de defender el rock durante muchos años con Platero Y Tú. Cosa que no olvida cuando al final superpone en la pantalla gigante de video imágenes de, entre otros, viejos discos de AC / DC, Rainbow, Stones, Who, los Kinks, Rory Gallagher o Status Quo.