Los
de Arkansas hicieron méritos con su primer disco, Ocho For Willow, para que el compañero Manuel Beteta decidiera
incluirlos en su listado de bandas a seguir dentro del informe sobre nuevo rock
sureño que se publicó hace, más o menos, un par de años en nuestra edición en
papel.
En
esa grabación demostraban poseer buena cintura y muchos recursos. Si, se
fajaban con southern pero en sus canciones también convivían otras influencias.
La libertad de una jam band, cierto poso negroide a lo Little Feat y la dosis
justa de rock americano entre lo clásico y sonidos más actuales.
Vinieron
a presentarlo y las críticas fueron magníficas. Servidor acudió al concierto de
Barcelona y salió dando gracias a Manuel por haberme puesto en la pista. Una
banda muy sólida en la ejecución y con un vocalista de calibre. Con una voz
matizada que se ajustaba al ritmo cardiaco de la canción, dando reposo o
rugiendo en función de las pulsaciones. De ahí las grandes esperanzas
depositadas en su siguiente trabajo en estudio. Grabación que ha tardado siete
años en años en ver la luz, Ocho fue
editado originalmente a principios del 2007 y reeditado posteriormente en el
2012. Así están las cosas para las bandas de su liga. Sobrevivir a base de
luchar y luchar, de pedir y pedir.
Quizás
sean esas altas expectativas pero Mixing
the Pain me ha dejado un poco a medias. Ocho canciones, casi una por cada
dos años en escasos treinta minutos, son un exiguo bagaje para lo esperado. En algunas
de ellas parecen haber reforzado su sonido, dando un giro de contundencia y
subiendo el volumen en aras de una mayor pegada en detrimento de los muchos
matices que anteriormente les adornaban. «Get Down Insanity», «Empty Cup»,
«Mista King», el tema título y «Spanish Kitty», serían una buena muestra de
ello, riffs cortantes y rítmicas potentes dirigiendo el cotarro. Aunque con
cierta similitud de esquemas entre unas y otras. La voz de Adam Barnard, tan
estupenda como antes precisábamos, y la guitarra de Barry Fowler continúan
siendo los faros guía de todo el cotarro. A partir de ahí retoman el antiguo
sendero con canciones de mayor carga melódica y más abiertas de márgenes. Caso
de «Freak Jones», la miniatura acústica «Before the Sun» o en esa épica oda a
la carretera y la vuelta al hogar entonada en «Road Song».
Quizás
sea el tiempo transcurrido entre disco y disco o los cambios en la formación
pero da la sensación de que es un trabajo fragmentado, que carece del hilo
conductor y la continuidad que sí tenía su predecesor. Aun y así es un buen
trabajo que les permitirá volver a girar. Su hábitat natural. Son animales de
directo. Auténticos currantes del rock que no escatiman esfuerzos ni sudor para
asegurarse que cada noche el público salga satisfecho y no tenga ninguna duda en volver a pasar por taquilla cuando
regresen a la ciudad. Con total seguridad.
Escrito para la web de Ruta 66
STARROY
29
septiembre León, Gran Café
30
septiembre Marinaleda, Sala Palo Palo
1
de octubre Estepona, Louie Louie
2
de octubre Murcia, Sala B
3
de octubre Madrid, Wurlitzer Ballroom
4
de octubre Castellón, Veneno Stereo
5
de octubre Barcelona, Rocksound
7
de octubre Monzón, Serjo's Zona Rock
8
de octubre Zaragoza, La Ley Seca
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