Jeffrey Focault y Mark Erelli son dos veteranos de la carretera. Asiduos del circuito de bares de folk, garitos de interestatal y honky tonks perdidos en medio de la nada. De aquellos músicos que hacen bien lo que hacen pero que nunca pasaran de ahí. Su último disco, editado en nuestro país por Karonte, ha resultado una verdadera sorpresa. Se han acercado al tan americano género de las murder ballads. Ya saben, canciones sobre crímenes y asesinos, amores no correspondidos y ataques pasionales que acaban entre rejas o en el sucio suelo de un bar o una cuneta. Y en una cultura como la norteamericana, tan proclive al culto a las armas de fuego, no hace falta buscar mucho para encontrar repertorio. A Killer Selection Of American Murder Ballads, así reza su subtítulo, es un disparo seco y desnudo, árido y desolado. Entre alguna canción de factura propia se adueñan de "Philadelphia Lawyer" de Woody Guthrie, "Johnny 99" de Springsteen, "Tom Meritt" de Richard Buckner, "Billy Gray" de Norman Blake, "Ellis Unit One" de Steve Earle, "The First Mrs. Jones" de Porter Wagoner o "Powderfinger" de Neil Young. Todas en sentidas interpretaciones, espartana instrumentación y crudas lecturas.miércoles, 12 de mayo de 2010
AMOR Y MUERTE...
Jeffrey Focault y Mark Erelli son dos veteranos de la carretera. Asiduos del circuito de bares de folk, garitos de interestatal y honky tonks perdidos en medio de la nada. De aquellos músicos que hacen bien lo que hacen pero que nunca pasaran de ahí. Su último disco, editado en nuestro país por Karonte, ha resultado una verdadera sorpresa. Se han acercado al tan americano género de las murder ballads. Ya saben, canciones sobre crímenes y asesinos, amores no correspondidos y ataques pasionales que acaban entre rejas o en el sucio suelo de un bar o una cuneta. Y en una cultura como la norteamericana, tan proclive al culto a las armas de fuego, no hace falta buscar mucho para encontrar repertorio. A Killer Selection Of American Murder Ballads, así reza su subtítulo, es un disparo seco y desnudo, árido y desolado. Entre alguna canción de factura propia se adueñan de "Philadelphia Lawyer" de Woody Guthrie, "Johnny 99" de Springsteen, "Tom Meritt" de Richard Buckner, "Billy Gray" de Norman Blake, "Ellis Unit One" de Steve Earle, "The First Mrs. Jones" de Porter Wagoner o "Powderfinger" de Neil Young. Todas en sentidas interpretaciones, espartana instrumentación y crudas lecturas.
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5 comentarios:
Pues joder, yo no tenia ni idea, pero leyendote me han entrado unas ganas locas de tenerlo...allá voy...gracias manel!!
Qué buena pinta. Hay que buscarlo!
Anda que no me gustan a mí nada esas historias sureñas de forajidos, atracos, venganzas y riñas que acaban mal...
Pues desde luego que no han escogido malas versiones no. Le pondremos el oído.
Salud.
Tal como mencione el otro día, hay veces que me superáis y ni idea de lo que comentáis. Hoy es el caso, aunque me quedo con eso de "Asiduos del circuito de bares de folk, garitos de interestatal y honky tonks perdidos en medio de la nada." Una buena sensación esta de estar perdido en medio de la nada mientras la música va sonando.
Un saludo, Manel.
Ostras!, ni idea de esto tio pero está hecho a mi medida!
Gracias!!!!!!
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