DAVID GILMOUR, CONFORTABLEMENTE ADORMILADO.........

Los que hayan seguido este blog desde el principio ya me habrán leído escribir que el rock progresivo , o el llamado sinfónico, no es un estilo muy de mi agrado. Otras preferencias han guiado siempre mis pasos musicales. He escuchado muchos de los discos clave del género, varios de mis compañeros de pupitre y de mis amigos de siempre son fans del mismo, y no he encontrado nada que encuadrara dentro mis gustos musicales. Servidor siempre ha sido más primario. De los de directo al mentón y chute en vena, guitarras, bajos, baterías. La ecuación perfecta del rock & roll. ¿Alguna excepción? Si, la hay. Pink Floyd. Pero a medias. Dejen que les explique. De los de Cambridge me gustan canciones sueltas y quizás más completamente discos como Animals o Wish You Where Here. El culpable de todo ello es David Gilmour. Curioso, el guitarrista de una banda que ni fú ni fá (en mi opinión, no se me enfaden) aparece siempre en mi listado de hachas favoritos. ¿La razón? Su toque limpio, su digitación excelsa, su sonido personal y ese componente orgánico que daba aliento vital a un estilo tan espacial y, en ocasiones, pomposo. Es fácil reconocerlo a las pocos segundos de escucharlo. También va a su favor la tremenda influencia que el blues ha tenido en su manera de tocar, como al de muchos más de su generación, una presencia que se intuye en cada nota, en cada lick. Un guitarrista capaz de salvar una monumental obra de egocentrismo y megalomanía como The Wall, ya tienen carnaza para despellejarme, a base de solos memorables. Su carrera en solitario alterna cal y arena y, realmente, poco destacable se puede extraer de ella....Bueno, menos palabrería y más acción....Un solo descomunal, se mire por donde se mire...