EL PODER DE LA MÚSICA

Es innegable el placer que provoca la música en aquellos que la amamos. Sea del estilo o el género que sea los melómanos sentimos mareas de satisfacción cuando escuchamos algo que nos agrada y nos llena. Y es indudable también el efecto reconfortante y balsámico que puede producir cuando necesitas encontrar en ella momentos de reposo y calma. Muchos os preguntaréis como es posible que con la paliza que ha dado Manel con Blue Rodeo no haya escrito ni una mísera línea del concierto. Simplemente por que no pude ir. Escasas horas antes del concierto teníamos que salir corriendo a urgencias con mi madre. La edad no perdona. Y pese a que aparenta quince años menos son muchas las décadas que lleva a sus espaldas y su corazón ha hecho un amago de persiana y cierre. Y ahí está, luchando por seguir aquí en la UCI coronaria. Y mientras tanto, solo podemos verla dos horas al día, la vida sigue y cabeza y espíritu han encontrado refugio en la familia y en uno de mis estilos favoritos. El country. Las voces de Cash, Willie Nelson, Kristofferson, Waylon, Yoakam, el patriarca Hank Williams, Dale Watson, Billy Joe Shaver, Steve Earle, David Allen Coe o Jimmie Dale Gilmore templan mi ánimo y descansan mi alma en estos momentos de incertidumbre.