Nunca
he acabado de comulgar con la personalidad de los de Seattle. Su sonido
ampuloso y de aliento épico no ha logrado captar mi atención pese a las
reiteradas oportunidades que en forma de escuchas he dado a sus discos. Es más,
el último de estudio, Mirage Rock
(2012), me parece directamente un disco que se resquebraja por los cuatro
costados y que difícilmente aguanta más de un par o tres de pasadas. Ni
siquiera su aclamado hit «Laredo» puede competir cara a cara, en mi modesta
opinión, con algunos de los facturados por sus contemporáneos. Y su directo, el
que vi por lo menos, tenía bastante de piloto automático. Pero en eso que llega
a mis manos esta grabación. Y a priori pienso que va a ser la última. Que ya
está bien. Que hay bandas a las que dedicar más atención. Y que volver a
desperdiciar el escaso tiempo disponible en escuchar música que no te llega en
aras de entender esa veneración que en algunos círculos se tiene hacia ellos no
es más que una boutade. Pero suena la entrada de «Marry Song» y en mi cerebro
se hace el silencio. Mis neuronas se desconectan del exterior para concentrarse
en un solo objetivo. Caigo en el sofá y busco los auriculares, necesito
aislarme del ruido de fondo y sentirme transportado al legendario
auditorio de Nashville mientras las canciones se van sucediendo de manera
casi hipnótica. Ahí, despojadas de todo artificio, de esas producciones
hinchadas y grandilocuentes, los temas cobran verdadero sentido
transformándose en humildes, pero perfectas, obras de arte. Ahí, en la
sinceridad que da el formato desenchufado es donde se puede apreciar en toda su
extensión la profunda raíz de donde provienen. El folk y el country, dos de los
pilares de la música norteamericana, y la innegable herencia del rock
californiano. ¿O acaso esas armonías vocales y la manera de trabajarlas no
recuerdan a Jackson Browne o a Crosby, Stills, Nash & Young?. Y, por encima
de todo, a los denostados, por una buena parte del rockerío, Eagles. ¿No me
creen? Escuchen el principio de «Slow Cruel Hands of Time», la entrada de
piano y voz de «Detlef Schrempf», los juegos a que se entregan las cuerdas
vocales en «Factory» y «Older» o la embelesadora interpretación, prácticamente
a capella, de «Neighbor» y luego hablamos. Un registro que se hace breve,
servidor desearía que durara como mínimo el doble, y al que volveré en muchas
ocasiones. Seguramente nunca retomaré sus discos eléctricos, puede que no
vuelva a pasar por taquilla para ver un concierto suyo (bueno, si es en este
formato desde luego que sí) pero si sé que este Acoustic at The Ryman me va a hacer compañía durante mucho,
mucho tiempo. Ya ven, cosas del rock & roll…
A mí me parece que es un grupo que tiene alma, algo que contar y lo hace no con la mera satisfacción del deber cumplido, sino con algo más, con un tono interior muy convincente. Desde luego, este "Ryman" caerá, y más después de leer tu entrada.
ResponderEliminarSaludos,
JdG
Yo estoy completamente de acuerdo contigo. A mi el grupo no me pone...pero este disco tiene toda el alma que el han faltado a sus trabajos de estudio. PRECIOSO
ResponderEliminarBand Of Horses es un grupo que me encanta. Diría que son algo así como My Morning Jacket pero sin sentido del humor. No sabía de este acústico, ¡a por él!
ResponderEliminarSaludos.
Pues volveré a ellos con este directo, los deje tras el bolo de ARF de hace unos años en el que me decepcionaron notablemente.
ResponderEliminarSaludos.
Siempre escucho los discos de Band of Horses con recelo, más que nada porque de un tiempo a esta parte me están decepcionando un poco. Habrá que ver como evolucionan.
ResponderEliminarYo también soy propietario de un blog y quería saber si estás interesado en un intercambio de links para enlazar mutuamente nuestros blogs.
Te dejo la dirección: http://galaxiadelamusica.blogspot.com.es/
Gracias a todos por visitar y por comentar. Te enlazo ricardo, pro supuesto!!!!! Saludos.
ResponderEliminarAlugnos artistas tienen que desnudarse para demostrar su capacidad real. Estos confirman su alcance en este grabación en directo pero que parece del salón de casa y eso es lo que alcanza, que suenan a susurro en los oídos.
ResponderEliminarSaludos.