MÁS ROCK & ROLL Y MENOS CUERO......

En algunos de los comentarios recibidos a diferentes entradas se ha hecho referencia a una frase que Fito canta en una canción de su último disco, concretamente esa que reza "Que necesario es el rock & roll, que prescindible el cuero". Recupero aquí una columna de opinión que escribí, y fue publicada, para el Ruta 66 hace ya bastantes meses en que, tomando como partida la citada frase, ponía en solfa ciertas situaciones comunes a la escena musical....Al Once se titulaba el texto, ya me dirán que les ha parecido.....

"Mi equipo de música tiene la costumbre, por esos misterios de la electrónica, de saltar automáticamente a una emisora de radio cuando finaliza el CD que en esos momentos ocupa la platina. Me encontraba realizando las tareas del hogar propias de una mañana de sábado al son del At The Filmore de los Allman cuando, ¡zas!, la engolada voz del locutor de turno presenta un tema del nuevo disco de Fito y sus Fitipaldis. Sumando la sorpresa, que entorpece la velocidad de reacción, y el tiempo invertido en pensar cual va a ser la próxima galleta que darle de comer al aparato la canción va transcurriendo y una estrofa de la misma me sacude cuando el pequeño vocalista entona “Que necesario es el rock & roll, que prescindible el cuero”. Ignoro la intención del autor al escribir esos versos, si van los tiros por donde yo imagino o, sencillamente, es una rima más. Al día siguiente me encuentro a un querido amigo, que lleva metido en este negocio mucho tiempo, en un concierto y entre banda y banda me dice que está harto del ambiente del rock. Que ni por asomo piensa dejar de comprar discos y de asistir a conciertos pero que su intención es mantenerse alejado, en la medida de lo posible, del mamoneo inherente a este mundillo. Y vuelve de nuevo a mi memoria la frase de la citada canción con una fuerza inusitada. Es cierto que el contexto de este, nuestro sector, es propenso, ni menos ni más que otros, al codazo, la zancadilla, el directo y la bravuconada. Al aplauso por delante y a la puñalada por detrás. Es una realidad que bajo su manto crecen, por ejemplo, una buena cantidad de personajillos que tienen como objetivo único y principal meterse otro tirito y zamparse un cubata más mientras te cuentan, ¡pura fachada!, las excelencias de lo que suena en el escenario o de lo bueno que es tal o cual disco. Músicos que no han empatado con nadie pero que se comportan como si hubieran ganado un Mundial. También aquellos que sí han tenido el talento, o la suerte, de verse colocados y ganadores y que se creen héroes todopoderosos. Promotores sin código de conducta o salas con condiciones abusivas. Es entonces cuando hay que tener bien puestos los pies en el suelo. Y tener muy claro lo que nos ha traído hasta aquí. La razón fundamental de que servidor esté tecleando estas líneas y de que usted, amable lector, gaste sus euros y su tiempo en leerlas es la música. Soy de los que piensan que el rock no ha perdido ni un ápice de su fuerza. Ni la perderá mientras cientos de jovenzuelos tengan como razón de ser meterse en un local aferrados a una guitarra. Por tanto mientras asisto divertido al, amistoso, fuego cruzado entre algunas de las cabezas visibles de la redacción sobre el estado actual de la música me alineo con aquellos que le piden a la vida volumen. Volumen como sinónimo de intensidad, de que todavía quedan cosas por descubrir, por disfrutar, por sentir, por comunicar."

Bueno, me voy a preparar un buen gin tonic y a disfrutar de una película, que llevo unas semanas muy duras y todavía me quedan por lo menos un par de ellas. Saludos.