Empezamos el día con el habitual paseo por las tascas antes de ver a Elvez. Que repitió prácticamente el mismo concierto del día anterior. Cosa que no impidió que volviera a triunfar por todo lo alto. Tras él pasamos a degustar un apetitoso menú sidrería, chorizo a la sidra, tortilla de bacalao, chuletón, y de nuevo al ataque tras un breve descanso en el hotel. Me supo muy mal no llegar a tiempo a ver a MAGGOT BRAIN. Porque son amigos y porque se lo merecen, pero todo no puede ser. Los comentarios que recogí de su pase fueron muy positivos. Lo poco que vi de RUSSIAN ROULETTES no estuvo nada mal. ROBERT GORDON & THE GANG THEY COULDN’T HANG: Supongo que a mucha gente les parecerían intrascendentes. Pero para un servidor esa mezcla de country & western y rockabilly casaba de perlas con esa hora de la tarde e iba perfecta para empezar con las pintas de zumo de cebada y saludar a la gente. Que no sacó todo el partido posible a una excelente banda, con Chris Spedding y Slim Jim Phantom en sus filas, es cierto pero estuvo digno y competente. THE CUBICAL: Decepcionantes. Le saqué bastante jugo a su disco y tenía ganas de comprobar que tal se lo montaban en directo. Me aburrí sobremanera desde el primer minuto y no supe encajar ese batiburrillo de influencias que soltaban los altavoces. Menos mal que el TERRY ADAMS ROCK & ROLL QUARTET (aka NRBQ) borró de un plumazo el mal sabor de boca con un pase muy entretenido a base de pop de guitarras y rock & roll de buena escuela. Mensajes de amigos nos hablaban de un excelente concierto del cascarrabias en Barcelona. Y ver a algunos de ellos presentarse de improviso en Vitora para verlo de nuevo lo corroboraba. DYLAN estuvo estupendo, me gustó mucho más que la última vez que lo había visto, hace unos tres años en el OPTIMUS ALIVE portugués, y mantuvo mi atención durante todo el show con una buena elección, para mi gusto, del listado de temas a interpretar. Entre ellos «Rainy Day Woman», «Memphis Blues», «Just Like A Woman», «Blind Willie McTell», «Higway 61», «Thunder In The Mountain» o las finales «Ballad Of A Thin Man» y «Like A Rolling Stone». Incrustado entre sus músicos, sin destacar, solo permitió planos generales de la banda en las pantallas, cada vez está más metido en la piel de un viejo bluesman que apura las últimas energías sobre los escenarios. Eso sí, anda justo, justo de voz. Y comprendo perfectamente a aquellos que, incluso gustándoles Dylan, se aburren, no reconocen las canciones y salen decepcionados. Sus razones tienen para ello, tantas como los que si lo disfrutamos. Otra pregunta para la organización... ¿Merecen TOILET BOYS estar en ese horario? Tenía el recuerdo de un concierto animado cuando los vi en Barcelona hace ya algún tiempo pero al del pasado sábado no le encontré ninguna gracia. Y tras unas canciones me fui a por sitio para ver a CHRIS ISAAK. Empezó a llover y encontré la salvación en mi amigo Nacho de Cantabria que me invitó a un katxi y me prestó una capellina para protegerme de la lluvia y ver uno de los conciertazos del festival. Elegancia y clase a raudales, una banda de verdadero lujo, un sonido perfecto y una buena elección del repertorio. Chris estaba simpático y divertido, cantó de maravilla, rocanroleó con gusto, nos dejó boquiabiertos en las canciones lentas y mantuvo a la gente pegada al escenario pese a la que estaba cayendo. Total, que esta noche voy a intentar repetir en el Auditori dado lo mucho que disfruté. Lástima del aguacero que mojó toda su actuación y la desvirtuó un poco. De no ser así seguramente se hubiera convertido, si es que no lo fue, en el triunfador absoluto del festival. Abandoné el recinto tras ver unos cuantos temas de THE HIVES para reunirme con mi hermano y los colegas que, tras Isaak, se habían ido a un garito al lado del hotel a tomar tranquilamente unos gin tonics y comentar la jugada. Allí que me zampé las últimas copas y a dormir. Si San Ronnie Van Zant lo permite el próximo año ahí estaremos de nuevo para celebrar el décimo aniversario.
