martes, 20 de octubre de 2009

FESTIVAL DE BLUES DE CERDANYOLA

He sido un seguidor fiel del festival de la vecina ciudad de Cerdanyola. Desde una lejana edición de sus inicios, la tercera creo, en que pudimos ver, como estrella, a Louisiana Red y que se celebrara en la pista exterior al lado del campo de fútbol. Mucho ha llovido desde entonces y por el citado evento han pasado estrellas como la tristemente desaparecida Ko Ko Taylor, Johnny Winter, Shemekia Copeland, Bob Margolin, Solomon Burke,Poppa Chubby, Duke Robillard, Lil' Ed & Dave Weld & The Imperial Flames, Charlie Musselwhite o una de las mejores actuaciones que un servidor ha presenciado de mis queridos Deltonos, en su primera época power blues, en la que borraron del mapa a un artista tan consagrado como Ronnie Earl y sus Broadcasters. En sus últimas ediciones la cosa ha flojeado un poco. Supongo que se nota que el blues está falto de nuevas figuras y que la aportación institucional, debido a la crisis, se habrá reducido. En esta última edición lo más interesante, en mi opinión, se encontraba en la fiesta final. Esa estupenda idea, común a otros festivales del estilo, de realizar una velada de pic- nic en la que puedes pasar el domingo viendo a varios artistas, por la patilla, mientras los enanos corretean por allí. Los irlandeses The Deans y el guitarrista norteamericano Nick Curran eran protagonistas principales de la velada para un servidor. Con un un sol de justicia, inusitado para la época del año, subieron al escenario los tres jovencitos poseidos por el espíritu del gran Rory Gallagher. Tenían al público de su lado, existe hasta un club de fans en Catalunya, ya que sus anteriores visitas han cosechado múltiples elogios pero no fue su mejor día. Tuvieron el peor sonido de todos los artistas que tocaron ese día, pálido, sin brillo y escaso de volumen en la guitarra. A pesar de la predisposición del personal empezaron muy fríos, como encallados, y pese que en la última mitad del concierto empezaron a despegar ya no consiguieron enderezar el rumbo y firmaron una actuación que no pasa del aprobado. Calidad y talento no les falta, y son todavía muy jóvenes, así que pensemos que se trata tan solo de una mala tarde. Tras ellos apareció Curran, con esa pinta cruzada entre rocker, punk y gitano estilo Deville, acompañado por Dani Nel.lo, Blas Picón e Iván Kovacevik. Músicos que le otorgaron un acompañamiento de lujo y que sonaban como si llevaran tocando con él media vida. Para esas horas la afluencia de rockers & rockabillys ya era numerosa y Curran los dejó, y nos dejó, satisfechos con un show de puro rock & roll. Adrenalínico, sudoroso, contundente y guitarrero, repasó repertorio propio, se cascó versiones de clásicos y pasó como un ciclón por el escenario. Y así nos quedamos todos, con la adrenalina disparada y el corazón a mil por hora. Si en lugar del espacio abierto donde nos encontrábamos podemos presenciarlo en una sala pequeña tipo La 2 de Apolo no me cabe duda que se trataría de uno de los bolos del año.










2 comentarios:

  1. Una pena que al final no pudiera ir a Cerdanyola, se me desmonto el fin de semana y hubiera llegado muy tarde, por lo que me hubiera perdido la actuación de Nick Curran. Pues tendremos que esperar que se pase por una sala de BCN.

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  2. Estuvo cojonudo Ofresan!!!!!
    Un saludo.

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