No es
necesario insistir en la importancia que tiene la música para mí. Ni para la
mayoría de los que dedicáis un poco de vuestro tiempo a leerme. Lejos de ser un
mero entretenimiento el rock & roll va asociado a nuestras vidas. Quien me
iba a decir cuando, de adolescente, el veneno del rock penetró en mi corazón
que varias décadas después esa toxina seguiría activa y corriendo por mis
venas. Y así seguirá siendo hasta el día en que me
toque decir adiós. Se suele decir que el rock es un modo de vida. Yo no diría
tanto, más que un modo de vida creo que es una manera de afrontar la
vida…Bueno, bien pensado quizás sea lo mismo…Todo esto viene a cuento para
rendir un pequeño homenaje a uno de los discos que más he escuchado. Y, ojo, curiosamente,
se trata de un género musical al que no soy muy afín. Conozco a las bandas y
estoy al caso de la movida pero nunca ha figurado entre mis prioridades. Hablo
del punk. No, nunca he sido muy punkarra y, en cambio, un disco de ese estilo
figura entre mis favoritos. ¿Curioso? No tanto. Me refiero a And Out Come The Wolves. Cima creativa
de los californianos Rancid, nunca han vuelto a ese nivel pese a facturar
estupendos discos, que permanece inmune, y lo seguirá haciendo, al paso del
tiempo. Y no solo por la perfección compositiva de las canciones, escuchen con
atención y verán la cantidad de pequeños detalles que hay en ellas, si no por
algo que marca la diferencia entre un buen disco y un gran disco. Los surcos
respiran vida, calle, bares, borracheras, amigos, chicas, actitud y coraje.
Trallazo tras trallazo, es una jodida colección de singles, encontramos un
puñado de canciones que rezuman adrenalina y
rabia dándose un garbeo por casi todo el abanico, ska, street, oi!, punk
& rock, de vertientes posibles. Una de esas grabaciones que nunca sale de
mi reproductor portátil. Siempre está ahí cuando la necesito. Para cargarme las
pilas. Para hacerme sentir bien. Para insuflarme energía y hacerme sentir
indestructible de nuevo sobrepasados los cuarenta. Fuera aúllan los lobos y yo
me siento vivo.
